domingo, 25 de noviembre de 2007

En una meditación

Todo es una mierda ¿o no? Siento escurrir la sangre por mi asqueroso brazo y ya no tengo miedo, sólo quiero ir allá.
No hay nada. No tengo voz y ese es el problema: tengo muchas voces que confluyen en una pluma.
Que asco me dan todos, me gustaría vomitarlos, qué espiritualidad ni que nada, mañana regresan a su rutina y a la maldita palabrería sin sentido.
Suspiros frívolos, intentar algo que realmente no es posible. Bonita es la ilusión hasta que cae por su gran peso, tan enorme como el de la vieja aquella. Se quema. Mejor el infierno que este putrefacto y hediondo mundo.


Me duele no ser eterna
y que tu te vayas,
esa lamparita azul del celular
y el bebé de mi vientre
nunca nacido
fue
asesinado antes
de nacer
antes
de tener voz.

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