sábado, 7 de febrero de 2009

Locura

Creo que la locura -o esa tendencia a vivir en el límite ambivalente- es mi estado en eterno retorno. Si Jheronimus Bosch pudiese extirpar la piedra de la locura con su metaforización doble que oculta y muestra, sería el perfecto psicoanalista. Quizá sólo estoy harta de la lógica capitalista que cosifica, que fragmenta los objetos del deseo. Esos fragmentos, esa locura, esas coartadas cortadas. La locura, ese objeto del deseo que vive apacible en mi anatomía más profunda, parece estarme invadiendo. Eso o la locura me hace creer que me estoy volviendo loca.