domingo, 19 de junio de 2011

Luz


Hoy es el cumpleaños de mi mejor amiga, Luz. Ella no sabe que así la considero ni leerá estas líneas. Así que puedo revelar sin más su edad de hoy, sesenta. Nuestra historia ha sido aquella de encuentros y desencuentros. Desencuentros cuando tenía que haber un encuentro. Encuentros cuando el Atlántico nos separa y la virtualidad de las palabras nos da ocasión de encontrarnos. Un día, eso es seguro, publicaré un libro con nuestros intercambios: insomnes míos, madrugadores suyos, pero siempre con una agudeza especial (a veces de especial aquelarre). Con ella las palabras se me deslizan como mantequilla: se me suelta la mano, para decir el equivalente. Su nombre es significativo de su vocación. Ella es Luz, una luciérnaga que cintila a mi alrededor en las noches más tristes pero también en las más alegres. Con quien sueño tan seguido, pero a quien tan frecuentemente revelo lo que realmente pienso, aunque sea tras la máscara más perfecta: las palabras. La blancura de esta madrugada me permite desliar mis palabras, deslizarlas pensando en ella. Qué cosa extraña es la amistad...

No hay comentarios: